Una serie de tres estudios concluyó que las personas que creen que son físicamente atractivas también tienden a creer que su estatus social es más alto. Los hallazgos se publicaron en Current Research in Ecological and Social Psychology .
En la sociedad moderna, las personas físicamente atractivas disfrutan de numerosas ventajas en sus vidas en comparación con sus pares menos atractivos. Por ejemplo, los estudios muestran que las personas físicamente atractivas son preferidas como líderes, tienen niveles de ingresos más altos y logran mejores puntajes de desempeño laboral. Reciben ofertas más generosas en los juegos económicos cuando se las empareja con extraños (según los estudios de investigación). Otros las perciben como personas con un estatus social más alto y como personas más confiables, inteligentes, competentes y saludables.
Esta positividad generalizada que experimentan las personas físicamente atractivas se denomina “beautismo”. El beautismo se refiere al énfasis cultural y social en la belleza física, elevándola como un ideal o estándar de valor. Sin embargo, las investigaciones anteriores se han centrado con mayor frecuencia en los efectos de la belleza física según la evaluación de los demás. Se desconoce relativamente si las personas atractivas creen que su posición en las jerarquías sociales es más alta simplemente por su belleza.
La autora del estudio, Lynn KL Tan, y sus colegas intentaron explorar esta cuestión. Plantearon la hipótesis de que las personas que se perciben a sí mismas como más atractivas físicamente también se considerarían de mayor estatus social. Para comprobarlo, llevaron a cabo una serie de tres estudios.
El primer estudio fue un estudio piloto realizado con 303 trabajadores de Amazon Mechanical Turk (MTurk) en Estados Unidos. Los participantes calificaron su propio atractivo físico y su posición en comparación con otros en términos de empleo, riqueza y prestigio. Los participantes del segundo estudio fueron 349 adultos reclutados a través de Prolific. De manera similar, calificaron su propio atractivo físico, estatus social y simpatía social en una serie de evaluaciones breves.
El tercer estudio fue un experimento en el que los investigadores manipularon las percepciones de los participantes sobre su propio atractivo físico y examinaron si esto influía en su estatus social autopercibido. El experimento se llevó a cabo en línea con 441 trabajadores estadounidenses de MTurk como participantes.
Los participantes de este estudio se dividieron en tres grupos. El primer grupo escribió un ensayo breve en el que recordaban una situación en la que se sintieron más atractivos físicamente que otros. El segundo grupo escribió un ensayo sobre una ocasión en la que se sintieron menos atractivos físicamente que otros, mientras que el tercer grupo, que sirvió como grupo de control, escribió un ensayo en el que recordaban su día anterior. Después de escribir los ensayos, los participantes calificaron su propio atractivo físico y su estatus socioeconómico.
Los resultados del primer estudio mostraron que las personas que se consideraban más atractivas físicamente también tendían a considerar que su estatus social era más alto. El segundo estudio confirmó este hallazgo y también sugirió que parte de la asociación entre el atractivo físico autopercibido y el estatus social podría estar mediada por la simpatía social autopercibida.
En otras palabras, es posible que las personas que se consideran más atractivas físicamente también tiendan a creer que son más agradables socialmente y, como resultado, perciben su estatus social como más alto. Sin embargo, la asociación entre el atractivo físico autoevaluado y el estatus social autopercibido no se explica completamente por la simpatía social.
Los resultados del experimento mostraron que los participantes que escribieron un ensayo sobre por qué eran más atractivos que los demás, luego calificaron su propio atractivo como más alto en comparación con los participantes de los otros dos grupos. También tendieron a calificar su estatus socioeconómico como más alto en comparación con los otros dos grupos. Este hallazgo confirmó la hipótesis de los investigadores de que las personas que se consideran físicamente más atractivas también tienden a percibir su estatus social como más alto.
“Nuestro trabajo aporta evidencia complementaria a nuestra hipótesis principal de que el atractivo físico autoevaluado aumenta causalmente las percepciones en primera persona de las inferencias de estatus. Este hallazgo tiene implicaciones importantes para las conductas de navegación de estatus debido a la labilidad del atractivo físico autoevaluado en el mundo moderno”, concluyeron los autores del estudio.
El estudio arroja luz sobre la importancia del atractivo físico en las relaciones sociales. Sin embargo, dado que el estudio se basó únicamente en informes de los propios participantes, es posible que el sesgo de información haya afectado a los resultados. Además, sigue sin estar claro hasta qué punto son estables o consistentes las calificaciones de atractivo físico proporcionadas por los propios participantes, dado que el experimento demostró que eran relativamente fáciles de manipular experimentalmente.